Toda persona que alguna vez asistió a y vivenció una constelación familiar se da cuenta que el movimiento interno
obligadamente siempre va hacia adelante, es decir hacia la vida. Todos sabemos que nos hemos propuesto muchas cosas sin poder pasarlas a la práctica porque hay implicancias que nos impiden hacerlo.
A través de la liberación de antiguos vínculos inconscientes nuestro foco se dirige al amor verdadero, al afecto, a la consideración, al respeto y los sueños se vuelven realidad.